Transporte para ecommerce

Transporte para ecommerce ¿es sostenible?

Desde hace 2 años, las compras a golpe de click no paran de crecer. Desde el estado de alarma asociado al Covid19, las ventas online se han disparado alrededor del 50%. Y en post-pandemia, estas cifras se consolidan y mantienen su tendencia alcista. Pero comprar desde el sofá también conlleva una huella de carbono considerable.

El modelo de la inmediatez, el servicio de transporte en casa, la gratuidad del mismo y las políticas de devolución sin coste, están en cuestión.

“Lo quiero todo y lo quiero ya”. ¿Es sostenible este sistema?

Te explicamos su trasfondo y aportamos datos para mejorarlo.

¿Qué impacto tiene la entrega urgente? La optimización de la última milla y sus consecuencias

El ecommerce se ha vuelto necesario. Está siendo imprescindible durante la pandemia.

Pero el modelo de ecommerce que está imperando, no es sostenible. Vehículos de combustión interna, dobles o triples intentos por entregas fallidas, baja ocupación del vehículo de reparto y decenas de operadores ofreciendo el mismo servicio sin conexión entre ellos.

Y esto no solo por un sistema que alimenta el entregar cada vez más rápido y de forma gratuita, con lo que la eficiencia logística, y costes asociados al transporte y distribución de mercancías, llevan la rentabilidad de muchas empresas del sector transporte a niveles marginales.

Se estima que el 25% de las emisiones totales de gases contaminantes proceden del transporte de mercancías. Esto se traduce en que el empeoramiento de la calidad del aire de la población española que vive en zonas urbanas, puede arriesgar la salud de más del 80% de la misma.

Al mismo tiempo, la moda, uno de los productos más adquiridos, produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos juntos, según datos de la ONU.

Hagamos entre todos la logística del ecommerce más sostenible

Hay muchos factores que confluyen para que la logística del ecommerce sea más respetuosa con el medio ambiente. Y todos relacionan las necesidades y expectativas del usuario con los sistemas de las plataformas de transporte. Estas son algunas de las propuestas que se barajan para conseguirlo:

  • Los consumidores somos más exigentes que nunca. Pero debemos ser conscientes del impacto que tiene el envío rápido. Una posibilidad es que las plataformas dejen elegir entre una entrega express o normal, explicando las consecuencias de ambas. Una entrega normal posibilita aprovechar mejor el espacio de carga.
  • Las plataformas deben tener soluciones para evitar segundas o terceras oportunidades de entrega. La tecnología de optimización de rutas y que el usuario deje claro su disponibilidad de espacio y horario contribuyen a una buena entrega. Una solución también es la recogida en puntos destinados exclusivamente a ello.
  • Si evitamos compras de diferentes productos solo para prueba, no daremos lugar a la logística inversa que supone. Y esto está relacionado con las posibilidades de devolución gratuita. Además, esas devoluciones inciden directamente en el packaging y generación de residuos.
  • Las prisas de la entrega urgente obligan al sobreempaquetado del envío para que no resulte dañado el producto. Y esto se hace con plásticos.
  • Las entregas locales son más sostenibles y flexibles.
  • Combina varios pedidos en una misma entrega.
  • El packaging sostenible es un reto que se plantean cada vez más más marcas.
  • Unir economía circular y logística inversa puede dar grandes beneficios medioambientales. Convertir sus subproductos y desechos en nuevos productos a través del infrarreciclaje. Un ejemplo: Planeta Huerto aprovecha el cartón de los envases en los que les llegan los productos y lo transforman en relleno para los envíos.
  • Hay empresas de última milla que van más allá de la movilidad sostenible. Una de ellas es Koiko, startup participada por la Fundación Repsol, al utilizar medios de transporte sostenible en sus entregas al tiempo que genera empleo para colectivos vulnerables.

La compra online no tiene marcha atrás. El que sea sostenible es un imperativo. La colaboración entre todos los actores del proceso se hace imprescindible.