economía circular

Se habla de 4Rs, de 7Rs… Es el reto de la Economía Circular para alargar la vida útil de los productos y darles una segunda vida: reducir, reutilizar, reciclar, reparar, rediseñar…

Economía lineal

El modelo de producción actual, basado en en la economía lineal, la “kleenex” la de “usar y tirar”, está agotando sus posibilidades y con él se están agotando los recursos del planeta.

Frente a ella, la economía circular trata de transformar los residuos en nuevas materias primas y diseñar productos para ser reparados, reutilizados y reciclados cuando termine su ciclo de vida. Es el ecodiseño frente a la obsolescencia programada, es decir, el cálculo de antemano del tiempo para que un producto se vuelva obsoleto, no funcional, inútil o inservible, con el objetivo de generar más compras.

Economía circular

El nuevo modelo apuesta por el beneficio económico, social y ambiental, implicando tanto a las empresas como a la sociedad.

La Unión Europea genera más de 2.500 millones de toneladas de residuos al año, según datos de las instituciones comunitarias, mientras que sólo el 12% de los materiales y recursos secundarios se devuelven a la economía. Además la producción de los materiales que usamos diariamente son responsables del 45% de las emisiones de CO2.

El Pacto Verde Europeo valora que la aplicación de medidas de economía circular puede aumentar el PIB de la UE en un 0,5% adicional para 2030 creando alrededor de 700.000 nuevos puestos de trabajo.

Así, la economía circular afecta tanto a envases y gran consumo como a los sectores de gestión del agua, construcción o movilidad, entre otros.

Precisamente, los biocombustibles sostenibles de aviación, aquéllos fabricados a partir de materias primas alternativas (biomasa o basura orgánica compostada), son parte del conjunto de soluciones para transformar y descarbonizar la movilidad aérea y son claves para lograr la neutralidad climática fijada por la Comisión Europea.

En Avikor nos hemos sumado a estas acciones posibilitando a viajeros y empresas el adquirir cuotas de SAF que reduzcan hasta en un 80% las emisiones de CO2 de los vuelos que utilicen en sus desplazamientos.