café para todos

Café para todos fue la expresión acuñada durante la Transición Española para cerrar el debate sobre la nueva configuración de la nueva nación que pasaba de la dictadura a la democracia. La frase representó la autonomía para todas las regiones, lo que hoy es el Estado de las Autonomías.

Bueno, anécdotas de la Historia aparte, según los últimos datos de ICO (Internacional Coffee Organization) en 2020, la Unión Europea (UE) es el mayor importador de café del mundo. Y es Finlandia el país en el que se consume más café del mundo, concretamente 11,6 kilos por persona.

En España, 22 millones de personas dan energía a su jornada tomando como mínimo una taza de café al día. De ellos, el 32% en una cafetería y el 68% restante en casa.

Y es que el café nos gusta. Porque nos despierta, por su aroma, sus variedades… Nos gusta porque es motivo de tertulia, de lugares y de viajes. Y nos gusta porque, parafraseando al refrán popular, del café se aprovechan hasta los andares.

Su elevado consumo tiene una enorme repercusión medioambiental por lo que reducir sus residuos y reutilizarlos es motivo de investigación desde hace años.

Así que te invitamos a un café cortado de sostenibilidad y largo como la aventura que te proponemos por las ciudades con historias que contar de la bebida estimulante que nació en el Cuerno de África.

Sostenibilidad a partir de una taza de café

Hace años que se valoran las marcas de café de “comercio justo” a la hora de optar por un tipo de consumo responsable. Un sistema que crea canales de comercialización que garantizan al productor, al vender su cosecha, un precio justo que le permita continuar con su actividad y vivir en condiciones dignas.

Pero, ¿sabías que la sostenibilidad en el café, además de lo social, llega incluso a sus residuos, los posos de café?

Ahora, podríamos decir que hablar del café para todos es hablar de economía circular. De aprovechamiento de sus posos más allá de utilizarlos como abono para las plantas o para  desatascar tuberías, las recetas domésticas por excelencia.

Existen en el mercado kits de autocultivo de setas basados en un compost procedente de los posos de café recogidos en establecimientos hosteleros.

La filosofía cero desperdicios también convierte los posos de café en suelas de zapatillas, muebles, azulejos, joyas o cosméticos.

Además, por su alto poder calorífico, se utilizan para fabricar pellets, utilizados en estufas y calderas con mayor rendimiento que los procedentes de madera, y para la generación de energía en forma de vapor. Un ejemplo de esto último se encuentra en la fábrica de Nestlé de Girona donde una caldera utiliza el poso resultante de la elaboración de café soluble para la obtención de vapor. Según las estimaciones de la compañía, las 125.000 toneladas de vapor al año generadas, son responsables de reducir el consumo de gas en la fábrica en un 25%.

Y en lo referente a biocombustibles, la cosa no queda ahí. A partir de los posos de café también se puede crear biodiésel para vehículos y de ellos y de la poda de los cafetos, combustible sostenible de aviación (SAF) como el suministrado por Avikor.

Hasta hay recetas de galletas elaboradas a partir de los posos de café en las que se ensalza, además de su sabor, el ser fuente natural de fibra insoluble antioxidante, de aminoácidos esenciales y azúcares de bajo índice glucémico. Todo ello parte del trabajo de las investigadoras María Dolores del Castillo Bilbao y Amaia Iriondo de Hond, trabajo cuyo objetivo es evaluar el uso de los posos del café como ingrediente alimentario y su aplicación en productos de panadería y bollería.

La vuelta al mundo en 10 cafés

La polisemia de la palabra “café” consigue que el término designe a una bebida, al recipiente que la contiene y, claro está, al establecimiento donde se consume.

Si tienes previsto un viaje por alguna de las ciudades que te proponemos, no dejes de visitar su café estrella. Estas son algunas de las cafeterías más famosas del mundo que ahora exhiben a los turistas su aura entre elegante, clásica y decadente.

  1. Barcelona. Els Quatre Gats. La intelectualidad y la bohemia de la ciudad se daba cita allí desde su apertura en 1897. Desde su aspecto neogótico, se convirtió en una de las cafeterías más importantes de la Belle Epoque española. Llegó a editar una revista propia y un joven Pablo Picasso terminó diseñando la portada de las cartas
  2. Madrid. Café Gijón. Un sitio con solera, inaugurado en 1888, y representante como ninguno de albergar al arte de la tertulia de la mano de Pérez Galdós, Machado o García Lorca, entre otros. Camilo José Cela situó en sus mesas de mármol y asientos de terciopelo rojo, buena parte del argumento de su célebre obra La Colmena.
  3. Estambul. Café Pera Palas. Un centenario establecimiento que forma parte conjunto arquitectónico del hotel más lujoso de la ciudad, por donde pasaron Greta Garbo, Matahari o la misma Agatha Christie para escribir Asesinato en el Orient Express entre sus suntuosas paredes.
  4. Zúrich. Café Odeón. Punto de encuentro de grandes personalidades entre los que figuró Albert Einstein quien impartió varias conferencias allá por 1911. Además de la ciencia, fue lugar para corrientes políticas y movimientos artísticos, como el Dadaísmo.
  5. Lisboa. A Brasileira. Un rincón de sabor melancólico a ritmo de fados portugueses, la expresión musical del alma de la ciudad. De estilo modernista, en su terraza se encuentra la escultura de uno de sus más célebres asiduos, el poeta Fernando Pessoa.
  6. Buenos Aires. El Estaño. Aquí se encuentra el ambiente bonaerense más auténtico y artístico, que rezuma tango y literatura. Este histórico café recibe su nombre de la barra de estaño que aún conserva y luce con orgullo. El lugar sirvió de escenario para varias escenas de la película Evita.
  7. El Cairo. Café Al Fishawi. 250 años de historia tiene el también conocido como Café de los Espejos, uno de los lugares predilectos del famoso autor egipcio Naguid Mahfouz, Premio Nobel de Literatura en 1988. En su colorido interior los aromas de té árabe se mezclan con los de la tradicional pipa de agua, el narguile, ambos de degustación imprescindible.
  8. Cádiz. Royalty. Uno de los cafés más bellos de Andalucía, con una historia que nos hace retroceder a 1912, año en que nació para celebrar el primer centenario de Las Cortes de Cádiz, el centenario de la Pepa. Allí se congregaban intelectuales, políticos, artistas y músicos, como Manuel de Falla, habitual del romántico local.
  9. Praga. Casa Municipal. Una de las más hermosas y conocidas cafeterías de la ciudad. Desde un punto de vista arquitectónico, representa el eclecticismo del siglo XIX, una mezcla de neorrenacimiento y neobarroco, al tiempo que uno de los ejemplos más importantes de Art Nouveau gracias a las obras del artista Alfons Mucha.
  10. París. Café De La Paix. Exclusivo y elegante como la propia capital del Sena. Fue diseñado para la Expo de 1867 e inaugurado en 1862 como parte de las dependencias del Grand Hotel. Conserva la misma decoración exquisita que en sus orígenes, cuando fue uno de los cafés más famosos del siglo XIX frecuentado por personalidades como Alfonso XIII, Orson Wells, Guy de Maupassant o Giuseppe Verdi.

Estos son algunos de los cafés más bellos y más famosos, pero aún hay muchos más. Tantos como maneras de preparar el oro negro de las bebidas.