Desde el s. XVIII, hemos experimentado tres revoluciones industriales, impulsadas por una nueva tecnología disruptiva: máquina de vapor, electricidad e internet. Cada una de estas innovaciones han mejorado la productividad y la eficiencia, transformando radicalmente la producción de bienes y servicios así como el sistema de trabajo.
Ahora estamos de lleno en la Cuarta Revolución Industrial, la llamada Industria 4.0, que lleva al futuro la automatización y la informatización nacidas en la Tercera Revolución Industrial.
En la Industria 4.0 confluyen tecnologías como el Internet de las cosas (IoT), la robotización, la inteligencia artificial o el blockchain. Y, aunque no es un concepto nuevo, han sido los nuevos hábitos de consumo, efecto directo de la pandemia del Covid-19, los que han acelerado la incorporación de las herramientas tecnológicas marcando el rumbo hacia un cambio profundo en la forma de vida de las personas y en los modelos de gestión de las empresas.
Según estudios de MarketWatch, se proyecta un crecimiento del 51% de la tecnología Blockchain para el 2022. Pero, ¿de dónde procede esta tecnología y cómo funciona?
A partir de la introducción en 2009 del Bitcoin como sistema de pago, se hicieron populares los criptoactivos en tanto que medios digitales de intercambio más allá del meramente económico. El sistema, la cadena de bloques, elimina a los intermediarios, descentralizando toda la gestión y dando el control del proceso a los usuarios.
Esencialmente, son cadenas de datos cifrados, almacenados y compartidos por usuarios diferentes, los llamados nodos. Datos que se verifican constantemente para garantizar que ninguna de las partes haya alterado su contenido.
La tecnología Blockchain ofrece una plataforma de información, transparente e invulnerable, mediante la cual se pueden tener flujos de datos compartidos con transparencia, auditabilidad y visibilidad.
En la cadena de suministro el sistema se aplica al seguimiento de mercancías o materias primas. Al crear un repositorio de datos accesible por todos los interesados, también el consumidor final puede verificar el origen de un producto más allá de las meras afirmaciones de “producto de calidad”. Todo pensado para un consumidor actual que no solo espera que el producto sea apto para su uso, también quiere saber si proviene de países que no cumplen con los derechos humanos, por ejemplo.
Los casos de uso son innumerables y también sirven para mejorar la efectividad de sectores como el logístico, transporte y turístico.
La firma de consultoría Accenture sugirió en 2016 que la industria aeronáutica mundial podría ser optimizada al usar blockchain a través de cuatro frentes: tickets, programas de lealtad, seguridad, identidad y mantenimiento de aviones.
Un año después, Boeing, el mayor fabricante de aviones comerciales en el mundo, anunció que buscaría eliminar falsificaciones de sus sistemas de GPS con una blockchain.
Fue el principio de la aplicación de la cadena de bloques a la aeronáutica.
En la industria de la aviación, Blockchain ayuda a la mejora de la experiencia de usuario de los pasajeros y a la eficiencia de las operaciones de las aerolíneas, lo cual determina su competitividad.
Con esta tecnología:
Por otro lado, hay que tener en cuenta que los mayores obstáculos en un plan de viaje aéreo son los procesos aislados entre las muchas partes interesadas, incluidas aerolíneas, aeropuertos, operadores de tierra y autoridades de control. Con el intercambio de datos se eliminan estos “reductores de velocidad” y se agiliza el proceso de toma de decisiones.
El uso de blockchain va más allá, pues es capaz de mejorar la eficiencia del mantenimiento de aeronaves. Vigilar la navegabilidad de un avión es una pesadilla burocrática, pues todo ha de estar debidamente documentado y conformado: historial de mantenimiento, reparaciones y revisiones, tests y certificaciones, inventario y trazabilidad de piezas y componentes… todo un desafío de documentación que, en buena medida, se realiza a mano, con la consiguiente posibilidad de acúmulo de errores que redundan en la seguridad y en elevados costes. Y esto también repercute en el valor de los aviones en el mercado secundario así como en sus contratos de leasing o alquiler.
Blockchain es la pieza clave del puzzle para solventar todos esos problemas, según estiman diferentes expertos.
El sector del turismo, una de las primeras industrias a nivel mundial, posee un potencial importante a explotar por parte de la cadena de bloques.
Si se trata de crear experiencias que permitan a las personas recorrer el planeta y reconocerse en culturas y vivencias, también se trata de agilizar trámites y ofrecer alternativas de pago.
Cruceros, rutas y paquetes turísticos, servicios de vuelo…, además de diversos servicios turísticos como traslados, excursiones o alquiler de vehículos son susceptibles de beneficiarse de una tecnología que ya es imparable por la utilidad, transparencia e invulnerabilidad de su sistema.
La Cámara de Comercio Internacional (ICC) ya anunció su asociación con intercambiadores de compensación de carbono para reducir emisión de CO2 en la aviación comercial vía Blockchain. En su nota de prensa explicaban que “(…) La asociación ha llegado en un momento significativo en la historia a medida que las iniciativas lideradas por la industria buscan abordar la creciente crisis climática antes de que las emisiones alcancen un punto crítico para un aumento irreversible y catastrófico de la temperatura global. Basado en el crecimiento sustancial en el pronóstico del tráfico aéreo comercial de IATA (con el número de pasajeros duplicado para 2037), la industria de la aviación por sí sola podría consumir hasta una cuarta parte del presupuesto total de carbono global para limitar el aumento de la temperatura global a 1.5C para 2050.”
Son las medidas que la industria enfoca desde el punto de vista de la compraventa de emisiones GEI. Pero no es la única posibilidad. Lejos del blockchain, iniciativas tendentes a la reducción directa de emisiones sustituyendo los combustibles fósiles por SAF (biocombustible de aviación). Gracias a Avikor es una realidad para las aerolíneas y una posibilidad de transformación de la conciencia individual en acción para el viajero.
Con todo lo dicho, aquí os dejamos algunos de los pequeños grandes pasos que, de la mano de la cadena de bloques, cambiarán definitivamente el sector aeronáutico:
La red de Aviación Civil Internacional (OACI) transporta a más de cuatro mil millones de pasajeros anualmente.
El sector del transporte aéreo mundial respalda 65,5 millones de empleos y genera una actividad económica valorada en 2,7 billones de dólares americanos, con más de 10 millones de mujeres y hombres trabajando dentro de la industria para garantizar que 120.000 vuelos y 12 millones de pasajeros por día sean transportados de manera segura a sus destinos. La cadena de suministro más amplia, los impactos en el flujo y los empleos en el turismo que fueron posibles gracias al transporte aéreo muestran que al menos 65,5 millones de empleos y 3,6 % de la actividad económica mundial son respaldados por la industria de la aviación. Son datos de la ONU y de una investigación del Grupo de Acción de Transporte Aéreo (ATAG).
Ahora, una vez adoptada la Agenda 2030 por los países que afrontan una nueva era en el desarrollo sostenible del planeta, la ONU resalta la relevancia de la aviación internacional como motor de conectividad global que favorece la paz y la prosperidad mundial.
Es una gran responsabilidad que merece innovación y tecnología. Y hay que tener en cuenta que la ONU resalta y reconoce la contribución a los ODS -Objetivos de Desarrollo Sostenible- de las tecnologías de la Industria 4.0, como Blockchain.
Si estás en la industria de la aviación, ¿te sumas a la revolución?